miércoles, 25 de mayo de 2011

Presentación

Sacado de la página web original de ALEJANDRÍA REVOLUCIONARIA
http://www.nodo50.org/arevolucionaria/
Continuamos en este blog...

¿Quienes somos?


Vivimos malos tiempos, y una de las primeras victimas de los malos tiempos es la verdad. En estos días de globalización neoliberal, la postura crítica sucumbe día a día frente a la eficacia de los portavoces de los poderosos. La realidad irreal estampada en la portada de los diarios y en las pantallas televisivas convierte los genocidios en cruzadas liberadoras, la venganza se disfraza de justicia, el hambre es la antesala del bienestar, la opinión contraria al discurso dominante es apologia del terrorismo y el mal se cubre con rubores angelicales merced al triunfo del engaño. Lo cierto es que ya ha ocurrido muchas veces, y hubo una víctima emblemática de sus propios malos tiempos: la Biblioteca de Alejandría.

La Biblioteca fue el centro de conocimiento más importante de la antigüedad, y sufrió a menudo incendios y saqueos a consecuencia de guerras o campañas religiosas. Se cree que ardió de manera definitiva tras varios atentados sucesivos contra la cultura pagana que representaba, llevados a cabo por cabecillas fanáticos, cristianos en unos casos y musulmanes en otros.

En Alejandría Revolucionaria nos consideramos paganos y creemos que la ciencia, el escepticismo y la reflexión son las únicas herramientas válidas para acercarse a los hechos, y así poder sacar conclusiones objetivas para tener una mentalidad crítica. Entre nosotros hay comunistas, anarquistas, ácratas y otras tendencias políticas. No en todo estamos de acuerdo, pero sí que coincidimos en que el capitalismo no es el camino y que vivimos bajo una censura política y empresarial donde los medios de comunicación están en manos de grandes lobbies de poder que fomentan la desinformación, el engaño y la manipulación.

Sabemos que no vamos a cambiar el mundo en cuatro días, pero si conseguimos que alguien nos lea y contribuimos a extender el pensamiento crítico y escéptico, ya habremos aportado algo para conseguir un mundo más justo. Si, por el contrario, nadie se adentra en nuestras páginas, al menos nos servirá para aprender unos de otros y, sobre todo, para desfogarnos lo más posible críticando el pensamiento único.

MADRID, MAYO DE 2002